Kirchner, Scioli, Nacha Guevara, la tigresa Acuña, Felipe Solá, Gabriela Michetti, Elisa Carrió, varios ministros bonaerenses e intendentes justicialistas no son los únicos testimoniales. Las campañas son tan testimoniales que ni siquiera se gastan en crear jingles, por temor a quedar comprometidos con alguna idea. Algunos piensan que no quieren tener compromisos. Otros piensan que lo que no tienen son ideas.
También serán testimoniales los varios miles de ciudadanos que no podrán votar por no tener en regla el DNI, la gente que duerme en la calle, los muchos presidentes de mesa designados que pegarán el faltazo, las poco confiables bocas de urna que se darán a conocer en la propia jornada electoral con el ánimo de influir en los votantes, los comentaristas radiales y televisivos de dudosa imparcialidad, los militantes que se movilizarán con fines estrictamente partidarios.
Además, fundamentalmente, será netamente testimonial la independencia de los legisladores que asuman en sus bancas, como es hoy testimonial la independencia del Banco Central, la autonomía de las provincias, las declaraciones juradas de los funcionarios y la credibilidad del Indec. Tenemos, también, una selección de fútbol testimonial y hasta una Feria del Libro testimonial, ya que es mínima la gente que va para participar de las actividades culturales.
El diccionario de la Real Academia Española define la palabra testimonial como el “instrumento auténtico que asegura y hace fe de lo contenido en él”. Como los escribanos. Lo único que hace falta es que empiecen a poner a escribanos famosos, como Prato Murphy, el de Feliz Domingo, y otros notarios notables.
Lo cierto es que los candidatos testimoniales, esos que aparecerán en la boleta y no asumirán, ocultan a los verdaderos candidatos, absolutamente desconocidos, que sí asumirán las bancas, sin ningún compromiso con el electorado y atados a las necesidades de los padrinos políticos que los incluyen en las listas para que, efectivamente, el Congreso sea una escribanía protocolar de la Casa de Gobierno.Así como una vez el testimonial general Galtieri dijo una vez que “las urnas están bien guardadas”, hoy podemos afirmar que los candidatos están bien guardados. O lo que es peor: la democracia está bien guardada.
Alberto Domal (n. d.)
1 comentario:
... y ahora el testimonial juez Blanco!...Puede deformarse nuestra Constitución señalando que los requisitos son para ser Diputado y no candidato, como ya adelantaba el Ministro "Animal" Fernández? Pobre Moreno, no supo preveer las corruptelas e inmoralidades del futuro. Y en el caso de la oposición, era necesario sacar una sentencia antes de reunir la documentación pertinente? Su claro afan mediático, puede pesar más que el cuidado -frente a la opinión pública- de la imagen de una justicia cuestionada y dependiente del poder político? Sí, puede, que pregunta boluda!. Perimite también una campaña política desde la cárcel. Pero todo está legalmente justificado, hasta su permanencia en la justicia electoral.
Nosotros somos todos ciudadanos testimoniales. Damos testimonio de las desvergüenzas y la amoralidad política actual. Y damos testimonio de nuestro aguante permanente, mucho más permanente que la comisión de bicentenario. A propósito..., buscará Cristina -a imagen y semejanza de aquellos que nos distrajeron con el Mundial´78- que nos olvidemos de otras cositas?... A veces creo que nuestra clase política se ha tomado muy en serio el "Dale Yo"...
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